Remake de Hellraiser, de David Bruckner, director que hizo El Ritual, entre otros proyectos, que no lo hizo mal con esa cinta y aquí nos encontramos ante otra película que intenta llamar la atención nostálgica del fanático del terror de antaño, con una saga clásica que en este caso, no llega a los estándares de calidad de las dos primeras entregas de finales de los años 80.
David Bruckner en esta ocasión no ha querido arriesgar demasiado, también porque nos encontramos ante una franquicia/saga muy conocida por el amante del género y que sabe que saliéndose de la tangente o querer ser muy original, podría haber dado un paso más que arriesgado de lo pretendido y haber caído por el precipicio. Es una película comedida, dentro de los estándares del género y que no revoluciona ni destaca en puntos particularmente importantes.
Desde un punto de vista técnico no está nada mal, sin alardes, aunque sí que hecho en falta una iluminación o fotografía más acorde a esas dos primeras entregas de la saga. El elenco de protagonistas humanos, y cómo están desarrollados para que se vaya desgranando la trama, cumple, sobre todo en una primera parte de la película, mientras vamos viendo sus problemas personales y sociales unido a ese descubrimiento de la caja/puzzle de los lamentos. La cosa va a peor conforme la película tiene que llegar a unos derroteros determinados y concluir.
Sobre los cenobitas, pues es otro asunto que se queda a medio camino. Desde mi punto de vista la pinhead aquí, protagonizada por Jamie Clayton a pesar de que lo hace bastante bien y le da empaque, no tiene la contundencia, el sadismo, la mirada y el aura que desprendía y tenía ese pinhead de Doug Bradley. La historia es la mil veces vista, pero con ese trasfondo de la caja de los lamentos y sus configuraciones, encontrándonos con un grupo de humanos huyendo de los cenobitas para un desenlace final típico. Se aleja muchísimo de esas tramas más complejas de las dos primeras películas donde además de sadismo, gore y “brutalidad” dentro de esa sinrazón, había chicha entre los personajes, malvados entre los humanos, siendo más miserables que los propios cenobitas por la búsqueda de determinadas ansias y ambiciones, lejos de la pura visceralidad de la carne, la esencia que buscaban los cenobitas.
El gore en este remake, así como algunas escenas y la dirección no están del todo mal. Es una peli que es entretenida y que lejos por ejemplo de las dos primeras películas, que son las mejores, está ahí ahí con Hellbound, la 3ª de la saga y por debajo lógicamente de Bloodline, la 4ª. El resto de películas son peores que ésta.